Reacciones Anímicas o Enfermedades Mentales
Dr. Miguel Angel Solar
Introducción.
´La comunidad conoce las enfermedades mentales, cualquier vecina entendida o curiosa puede diagnosticarlas. Ella le llamará nervios a la ansiedad, pena a la depresión, enfermedades nerviosas a las enfermedades psicosomáticas y finalmente locura a la psicosis. Nuestra vecina tiene una idea sobre las causas de las enfermedades mentales y así dirá: “la mala vida” que le da el marido es lo que pone nerviosa a la señora, o bien que el vecino está enfermo de pena o mal de amor porque perdió a su enamorada. También conoce algo del pronóstico y dirá que la gente se muere de pena, que la persona, con baja de ánimo que piensa que la vida no vale nada, puede llegar a malograrse. La señora entendida o curiosa sabe que, aquellas personas que tienen mal carácter o se muestran inadaptados, tienen problemas de crianza y si alguien en el barrio se pone raro, dirá que tiene raza de loco y que además le hicieron mal y que éste lo pilló débil porque estaba joven, recién afirmándose. También sabe que muchas enfermedades del cuerpo vienen por nervios y así se hablará de que le sube la presión, que tiene úlceras, que le duele la nuca o la cintura y todo lo anterior se atribuye a nervios que atacan el cuerpo.
La Médica Casera usa yerbas medicinales para modular los sufrimientos pero también puede enseñar a los enfermos ejercicios de relajación y estimulación, tanto para lograr tranquilidad, como también para revivir lo bueno vivido y así recibir el estímulo de otros, y otras, que nos acompañaron y desde esas situaciones de nuestra biografía, avizorar salidas a la situación adversa; ver Anexo. El ejercicio aludido reemplaza completamente a los ansiolíticos y antidepresivos y con ventaja, pues aquel activará ‘lo comido y lo bailado’ y de este modo hacerle caso al salmista, cuando dice: “Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios”[1].
Los nervios o el síndrome ansioso
El paciente sufre de ansiedad o angustia o miedo, que es como el dolor del alma y como todo dolor avisa de una agresión, buscada o hallada. A ello se agrega inquietud, desasosiego, irritabilidad y gestos de agresividad o de rabia. En todo caso, se pierde la tranquilidad o la serenidad. Las dificultades que rodean al paciente son a veces difíciles de visualizar, pero la Médica Casera está como nadie en condiciones para detectarla por la posibilidad de observar de manera continua y global el ambiente hiriente. También ella conoce, por la cercanía al enfermo, la mayor o menor sensibilidad de la persona agredida.
El insomnio de la angustia podemos mirarlo como necesario, ya que ese síntoma constituye un momento de profundas y variadas visualizaciones de la realidad, desarrollándose en el toda la potencia mental para descubrir los maltratos de otras personas, la medida en que uno mismo haya podido provocarlas y los caminos o modos para llegar a defenderse del agresor y, ojalá llegar a un acuerdo con él. El insomnio es una situación en que la psiquis se llena de pensamientos, en un principio en forma desordenada y hasta caótica, pero que poco a poco y a veces demasiado lentamente, va configurando visiones claras para enfrentar la situación adversa. ¡Cuán agotador es a veces un insomnio! Pero, a su vez, cuanta claridad aporta a veces ese síntoma. Se podría decir, haciendo analogía con la infección viral, que la fiebre es una reacción del cuerpo contra el virus y que a pesar de ser una dolorosa experiencia, es la misma fiebre la que contribuye a la muerte del virus.
El ambiente agresor puede ser visto por un observador externo como demasiado pequeño en relación a la ansiedad o angustia del enfermo. Sin embargo, para éste último, puede ser la gota que rebalsa el vaso de una insatisfacción crónica, sobre la que hay que profundizar.
La persona nerviosa sufre y siente dolor. La cultura del placer que hoy predomina, tiene como respuesta ante el dolor la analgesia: diazepám y alcohol entran en la escena. Tanto el uno como el otro no fortalecen al sujeto, sino que sólo disminuyen un síntoma que lo estaba obligando a movilizarse, o al menos inquietarse para conseguir sus objetivos en la vida, por ende, sólo postergan el problema, “lo chutean para adelante”. Este puede acrecentarse por la misma dilatación, tal como a la deuda le crecen los intereses y la hacen más difícil de pagar. Para colmo, el alcohol y el diazepám exigen cada vez mayor cantidad para calmar la angustia, y el cuerpo se acostumbra a funcionar bajo el efecto de la droga respectiva y cuando se la quiten se sentirá muy mal; en fin habrá riesgo de llegar a ser un adicto.
El paciente hablando de sus problemas muchas veces “se aclara” y encuentra la forma de enfrentar las dificultades y así elaborar un plan de solución; escuchar una persona con angustias es la sicoterapia más simple. Ahora bien, en la lucha por diseñar y aplicar su plan, el paciente debe aprender nuevas maneras de ver las cosas. Los primeros psicólogos, los caseros, están en la familia y entre los amigos y colegas; también extraños. La Médica Casera puede movilizar esos recursos para la apoyar la lucha de la persona ansiosa.
La cultura nuestra, está llena de ritos que movilizan a la comunidad para enfrentar la pena ante la muerte[2] y sobre todo ante ‘el mal de amor’. Un ejemplo de esta última son las canciones: vayan aquí dos:
Sí adelita se fuera con otro[3], que muestra la primera movilización angustiosa pidiendo ayuda ante la amenaza
Que si adelita se fuera con otro
La seguiría por tierra y por mar
Si por mar en un buque de guerra
Si por tierra en un tren militar
Y si acaso yo muero en campaña
Y mi cadáver lo van a sepultar
Adelita por dios te lo ruego
Que con tus ojos me vengas a llorar
No Volveré[4], ante la pérdida de la amada, se desata la rabia, que amenaza:
Cuando lejos me encuentre de ti
Cuando quieras que yo este contigo
No hallaras un recuerdo de mi
Ni tendrás más amores conmigo
Y te juro que no volveré
Aunque me haga pedazos la vida
Si una vez con locura te amé
Ya de mi alma estarás despedida
No volveré
Te lo juro por Dios que me mira
Te lo digo llorando de rabia
No volveré
No pararé
Hasta ver que mi llanto a formado
Un arroyo de olvido anegado
Donde yo tu recuerdo ahogaré
El síndrome ansioso permite juntar fuerza para resolver el problema y así ‘salvar’ de la agresión, buscada o hallada. Cuando eso no sucede, y la ansiedad fracasa pues el problema sigue, el cuerpo reacciona con otro síndrome: el depresivo.
La pena o el síndrome depresivo
La pérdida de una relación importante, una carencia prolongada, la falta de algunos bienes esenciales o la abundancia de agresiones ambientales, pueden llevar a la persona a sufrir una merma, ya no de la tranquilidad o de la serenidad como sucede en la angustia, sino del ánimo, de la propia capacidad de lucha para enfrentar el mal. La pérdida del ánimo también se puede acompañar de angustia o dolor del alma, pero el hecho central es la pérdida de las ganas de luchar. También aquí se puede encontrar personas más o menos susceptibles al agente agresivo social, pero nadie es invulnerable.
¿Sirve para algo la pena o depresión? ¿Es un síndrome que tiene cosa buena, es decir, que puede ayudar a vivir mejor? Se podría decir que sí. Por ejemplo, ante la pérdida de un ser querido es normal que se produzca un detente, un duelo, una pérdida del ánimo para seguir el camino, pero también concomitantemente se produce una mayor apertura o sensibilidad. En ese estado la persona se hace más receptiva a incorporar nuevas relaciones o a potenciar alguna antigua que le permitan, no suplantar lo perdido, sino crear nuevos vínculos que sumen para adaptarse al mundo post- pérdida.
El mundo de la angustia nerviosa es un mundo activo, de lucha, el mundo del depresivo es un mundo pasivo, en que el paciente deja la iniciativa a los demás. El depresivo debido a su inacción puede aceptar nuevas relaciones o acentuar antiguas.
Sería anormal que una persona que sufriese una pérdida importante dijese, “aquí no ha pasado nada”. Sería como si alguien perdiese una pierna y negase la importancia del daño, la necesidad de parar el caminar, de curar la herida, de construir una prótesis, de cambiar de oficio y, negando todo esto, se pusiera a correr. Pues bien, si así sucediese, esa persona se caería de bruces.
La depresión se produce porque la pérdida es muy grande o por la acumulación de pequeñas pérdidas y la padecen más pronto las personas de alta sensibilidad ante los daños.
La pérdida del apetito, del deseo sexual es parte de la pérdida de ganas de vivir. La depresión es más intensa en la mañana, pues el paciente, a medida que pasa el día, se va mejorando en la interacción con los demás, siempre que existan ‘los demás’.
También en el síndrome depresivo se presenta el insomnio pero aquí los desvelos son de mayor intensidad e incluso llegan a verdaderas inversiones del ritmo del sueño: se duerme de día y se está despierto de noche. El mayor insomnio es necesario para salir del ‘hoyo’ de la depresión pues ‘el caldo de cabeza’ es muy nutritivo para darse cuenta del aquí y el ahora o ‘donde está parado’ después de la pérdida.
Ahora bien, se pierde la capacidad de luchar pues se pierde la fe[5], y entonces es necesario destruir-reconstruir o remodelar el propio mundo anímico para lograr la buena adaptación al mundo post-perdida. La persona necesita cambiar, aprender a vivir de otra manera y para ello demanda ayuda cosa que a veces lo hace muy despacio, porque lo hace desde el fondo del pozo. Si la pena desaparece sólo con medicamentos, no se pide ayuda porque la persona presenta una apariencia de estar bien y no hay apoyo para el crecimiento personal.
También la canción popular entrega consejería ante ‘el mal de amor’; vayan aquí 5 que muestran las diversas etapas para mejorarse de la depresión y que, de escucharlas cada una a su tiempo, acompañarán el proceso de sanación.
“Lloraré”[6] de los Chalchaleros o tocar fondo:
Lloraré, lloraré
Lloraré toda la vida,
Si la que a.., si la que a..,
Si la que amo tiene dueño.
Lloraré, lloraré
En un silencio profundo.
Lloraré, lloraré
Solo y triste en este mundo
“La Media Vuelta”[7] o negar la realidad de la pérdida, ‘rayarse’, y después aceptarla pero reafirmando el vínculo amoroso.
Te vas porque yo quiero que te vayas,
a la hora que yo quiera te detengo,
yo sé que mi cariño te hace falta,
porque quieras o no yo soy tu dueño.
Si encuentras un amor que te comprenda
y sientas que te quiere más que nadie,
entonces yo daré la media vuelta
y me iré con el sol cuando muera la tarde.
“Te Juiste Pa’Ronde”[8] o fase de mayor sensibilidad del depresivo que hace posible llenarse de nuevas bellezas.
Va cayendo la oración ¡Apura esos bueyes, Pancho!
‘Pa’que me apuro, patrón. naiden’ me espera en el rancho.
Su serenata de grillos entona la tarde quieta
el cielo golondrina cruza como una saeta
y van floreciendo estrellas
y las señalan los pinos
y el eco del carretero va muriendo en el camino
te juistes pa’ronde.
“Una pena y un Cariño”[9] o lo perdido y lo vivido, ‘lo comido y lo bailado’
Mucho Mucho te llevaste,
más por eso no te riño,
si algo grande me dejaste,
si algo grande me dejaste,
fue una pena y un cariño.
“Fe”[10] o la sanación o recuperación de la fe en un bien que vendrá
Escúchame una vez lo que voy a contar
Sabes que vuelvo a tener fe y empiezo a sanar
Dama escúchame una vez no no no no voy a pedir amor
te ves feliz y me gusta que seas feliz.
En el caso de los cuadros depresivos, la Médica Casera puede mover las relaciones humanas de la persona, avisar a quienes forman parte del ambiente familiar, laboral y de amistades, que el paciente está pidiendo ayuda, a veces de manera muy poco clara. En los grados extremos de la depresión, cuando hay riesgo de suicidio, la movilización de las relaciones humanas implica la compañía permanente y, si ello no es posible hay que hospitalizar. Lo malo no es deprimirse ante una pérdida irreparable, lo malo es no tener apoyo para reconstruirse.
En los estados depresivos muchas veces se producen crisis agudas de ansiedad con palpitaciones del corazón, apretazón y puntadas en el pecho, dolor de cabeza especialmente en la nuca y temblores. Todo lo anterior con sensación de muerte. Se las llaman Crisis de Pánico y son tratadas con antidepresivos y ansiolíticos que evitan los síntomas reactivos, pero no van a la causa o agresión. Si preguntamos al enfermo, que se encuentra en un estado depresivo y presentó un ‘ataque de nervios’, ¿qué pasó?, podremos encontrar situaciones objetivas o interpersonales de sobre-exigencia o subjetivas de lo mismo. En estos casos vale primero ayudar al enfermo a darse cuenta de la causa para evitarlas; además hacer ejercicios, como el de relajación y estimulación, que aborten la crisis. También el uso de medicación ansiolítica sublingual con benzodiacepinas puede abortar la crisis, pero nunca conviene usar dichos fármacos para prevenirlas, pues la adicción y cronicidad se asoman.
Y cuando la depresión fracasa para la nueva adaptación post-pérdida, ¿qué viene?
La locura o el síndrome psicótico.
Es la más grave de las enfermedades mentales, sobre cuando se presenta en la juventud y se llama Esquizofrenia. Es grave porque, si no se trata bien, conduce a un deterioro del individuo.
La juventud es un momento muy especial en la vida, es el momento en que la persona madura y construye su personalidad, su forma de ser, su proyecto de vida; es la época en que se sueña despierto para definir el futuro personal. Pero a veces, sucede que jóvenes predispuestos genéticamente y con familias muy encerradas, que no tienen buena comunicación interna, fracasan en la tarea de constituir su personalidad o forma de relación con los demás. El paciente pierde la capacidad de comunicarse o también podríamos decir que el ambiente familiar y comunitario es incapaz de dar un curso a sus propuestas personales. El paciente es dominado por su soledad, por sus pensamientos, se aleja de los otros. El lenguaje, expresión de su pensamiento, se transforma en una pura manifestación de su interioridad y pierde su utilidad para el encuentro; el paciente se aísla, no se comunica, habla para él, no pone afecto en las palabras y sus ideas se van haciendo absurdas e irreales, aparece el delirio y/o percepciones puramente subjetivas, las que conocemos como alucinaciones.
Lo que se describe no es una cosa que invada la mente del paciente de la noche a la mañana, ya que este conserva zonas de su vida de relación normales y es así que se comunica más con unos que con otros, además conserva plena conciencia y lucidez, todo lo anterior lo lleva a sentir perplejidad y angustia por lo que está sucediendo; como que sabe que se está poniendo loco, sabe que su proyecto vital se está haciendo al margen de los hombres y por ende, pierde su capacidad de adaptación social, en la familia, en el estudio y en el trabajo. Se podría decir de manera figurada, que al no poder la persona llevar a cabo su proyecto en la realidad familiar-comunitaria, lo llevará a cabo en la locura. Otros dirán que le hicieron ‘Mal’, versión tradicional-popular, que es una forma de decir que no lo dejaron desarrollar ‘su Bien’.
Tenemos ante nosotros un paciente que se puso flojo en el estudio y en el trabajo, aparece distante y se le escucha hablar cosas raras. Todo esto va en progresivo aumento, dura ya semanas y la familia propia dice que se está volviendo loco y por ende peligroso, más aún si está agitado, pero en todo caso, sus síntomas empiezan a modificar el ambiente, comienza a hacerse un hueco, a crearse un espacio, pero la mayoría de las veces la familia lo hospitaliza. La medicina oficial dispone desde varios años de medicamentos llamados neurolépticos que tienen por objetivo quitar sobre todo los delirios y alucinaciones. Un psicótico decía que tomaba las medicinas no por él, sino por los demás y otro decía que no le gustaba colocarse el medicamento porque lo ponía lento; los dos tenían razón.
La toma de neurolépticos mejora la adaptación al medio del psicótico porque disminuye los síntomas positivos (delirios y alucinaciones), pero estos síntomas son la manera de vivir su vida y por lo tanto, lo que estamos haciendo es quitarle algo de vida, estamos haciendo ‘cirugía’ temporal, quitándole una porción de vitalidad y por lo tanto, deberíamos usarlos el menor tiempo posible, lo suficiente para evitar riesgos vitales como el suicidio y para ser aceptado por su familia-comunidad en un nuevo lugar de inserción y en un medio modificado para ellos y por ellos.
El tiempo que el paciente esté institucionalizado debería ser lo más breve posible, lo mismo que el uso de la droga, la clave está en la adecuada y pronta reinserción familiar, laboral y comunitaria; pero una inserción de una manera que le permita desarrollar su propuesta personal. Si el paciente tiene tendencia a la recaída, habrá que usar neurolépticos permanentemente, lo que le permitirá adaptarse mejor al medio, pero este paciente ya nunca será el mismo, sino menos.
Prevenir la Esquizofrenia puede ser imposible, pero si es posible detectar tempranamente las crisis de adolescencia y entonces intervenir con apoyo de médico, psicólogos y asistentes sociales.
¿Y en el caso de las personas mayores?
Depresión y Psicosis del Mayor, a veces llamada Demencia Senil o Alzheimer
Por comunes cosas de la vida, la persona mayor se deprime y entonces le indican medicamentos para dormir privándola de aprender con sueños e insomnios; si está triste y llora le dan antidepresivos impidiéndole recibir la palabra compasiva del otro, palabra que también enseña; si el ánimo esta fluctuante, le indican estabilizadores del ánimo que la colocan ‘parejita’ o sea ‘fome’ y por ende sin matices que enriquezcan el dialogo interpersonal, momento de aprendizaje; para ‘rematar’, cuando el depresivo se pone ‘raro’ o ‘rara’, le administran anti psicóticos silenciando así delirios y alucinaciones, ambos síntomas expresivos del depósito de emociones y sentimientos, valores o ética individual o sentido personal del bien.
En síntesis: el Alzheimer o Demencia Senil la producimos cuando apagamos los síndromes anímicos de los mayores con depresión y que les permiten los nuevos aprendizajes y así remontar la vida; las drogas que apagan el cerebro, funcionan como colocarle un yeso….si fuera un músculo, se atrofiaría[11].
La reacción depresiva-psicótica de la persona mayor es para restructurarse y aprender como mejor adaptarse al mundo en que la persona perdió algo mucho de familia, trabajo y amigos. El uso de drogas puede impedir los mecanismos de aprendizaje.
¿Qué hacer? Acudir a cuidadores que acompañen las depresiones graves de los mayores por algunas horas, sin usar psicotrópicos; la terapia intensiva es de meses pero evitan años de progresiva postración.
El alcoholismo y otras adicciones a drogas; incluidas las comidas que produce obesidad[12]
Todas las culturas tienen drogas de aceptación social que cumplen un papel en la modulación de la vida social. En Chile, es el alcohol el que se usa de manera generalizada como droga sedante-estimulante y sobretodo facilitador de la comunicación social, podemos decir que cumple un papel de primera importancia en nuestra cultura. Sin embargo, esta droga aceptada socialmente, es ingerida por algunos en forma excesiva y algunos de los que lo hacen llegan a la dependencia física y se transforman en adictos.
¿Qué sucede con el sujeto que necesita beber en forma excesiva y por ende corre el riesgo de la adicción? En la base hay alguna depresión ansiosa crónica que se alivia con la ingesta excesiva.Las costumbres sociales de ingesta de bebidas alcohólicas son condiciones necesarias, pero no suficientes para el beber inmoderado, sino casi todos los chilenos lo serían. Por ende, hay que tratar el síndrome depresivo-ansioso que se alivia, pero no se sana con el alcohol…. ni tampoco con diazepam.
Enfermedades nerviosas o enfermedades psicosomáticas o los nervios de cualquiera enfermedad
Se reconoce como Enfermedades Nerviosas a aquellas como la úlcera, el asma bronquial, la hipertensión arterial, la colitis ulcerosa, la obesidad, el reumatismo y la anorexia, entre otras, debido a la importancia que tiene el factor psíquico en el desencadenamiento y mantención de la misma. A los pacientes que la sufren, sin embargo, se les ha atribuido escasa capacidad para expresar sus afectos y tendencia a resolver sus conflictos por medio de la acción. Pero en verdad, todas las enfermedades del cuerpo tienen un componente psíquico y para hacer un manejo integral del paciente, debe considerar el aspecto mental. Incluso los accidentes no son muchas veces “accidentes”, ya que el paciente que los ha sufrido tiene desórdenes tensionales, cansancio, pérdida de la concentración a los que se suma conductas inadecuadas. El trauma termina siendo un evento con antecedentes de enfermedad mental e ingesta de drogas donde el accidente es la consecuencia final de una alteración psíquica.
Anexo: EJERCICIO DE RELAJACION Y ESTIMULACION
- Escuche una música suave. Siéntese cómodamente y suéltese la ropa si le aprieta, apoye la espalda, baje levemente la cabeza, las manos caen sobre las rodillas.[13]
- Concéntrese en su respiración, tome aire profundamente por la nariz, infle la guatita, bote el aire por la boca abierta, como un suspiro, desinflando la guatita, repita 4 o más veces; puede hacer las respiraciones contando al revés como por ejemplo 4, 3, 2, 2, 1. Ahora respire normalmente por 1 minuto… Repita este ejercicio 4 veces dejando que el pensamiento fluya espontáneamente.
- Ahora vamos a trabajar en tensión y relajación, comenzamos con la mano derecha, apriete fuerte muy fuerte su mano derecha, sienta la tensión….suelte, vaya abriendo la mano, soltando los dedos, bien sueltos, más sueltos y relajados, muy bien.
- Ahora apriete la mano izquierda,
- Ahora apriete ambas manos, fuerte muy fuerte, tense ambas manos, fuerte, muy fuerte, sienta la tensión, ahora suelte, deje de apretar, vaya abriendo ambas manos, soltando los dedos, bien sueltas y relajadas las manos caen sobre las rodillas, muy cómodas, sienta una agradable sensación de relajación.
- Preste atención a los músculos de sus brazos, doble los codos y cruce los brazos. Coloque sus manos abiertas sobre los hombros, ahora cierre las manos, tense los músculos, apriete fuerte, muy fuerte, sienta la tensión en los músculos de sus brazos…., sienta la tensión, ….suelte y deje de apretar, relaje los brazos, y déjelos caer lentamente sobre las rodillas.
- Sus manos y sus brazos están sueltos y relajados.
- Vuelva a practicar el ejercicio respiratorio.
- Preste atención a su frente, levante ambas cejas, sienta la tensión en la frente, y sienta que le llega hasta el cuero cabelludo. Bien dura, bien tensa, ….deje de apretar, vuelva las cejas a su lugar, permita que su frente se relaje, muy suelta, muy cómoda, muy relajada.
- Ahora apretar el entrecejo. Como si tuviera un gran enojo, bien duro, bien tenso, sienta la tensión….suelte, deje de apretar, relaje el entrecejo, permita que se relaje, igual que su frente como alisándose.
- Ahora cierre con fuerza los ojos, sienta la tensión, bien duro, bien fuerte, sienta la tensión en los párpados….deje de apretar, suelte los párpados, que sus ojos queden cerrados suavemente.
- Ahora apretar la lengua contra el paladar, fuerte y soltar; después hacerlo contra los dientes de abajo.
- Ahora sus manos, sus brazos, su frente, su cara y sus ojos están relajados, muy sueltos y relajados.
- Preste atención a su cuello, lleve la cabeza hacia atrás, suavemente, tanto como pueda, sin hacerse daño, sienta la tensión en el cuello y gírela hacia la derecha, note como cambia el lugar de la tensión, gírela hacia la izquierda, enderece la cabeza y muévala hacia delante, tocando el pecho con la barbilla, sienta la tensión en la nuca…. Vuelva la cabeza a su lugar, relájese, sienta le cuello suelto y relajado.
- Ahora suba los hombros lo más que pueda, suéltelos dejándolos bajar, llévelos adelante, llévelos ahora hacia atrás y suéltelos, bien relajados, sueltos muy cómodos, sueltos y relajados, sienta la relajación en sus brazos, cara, cuello, hombros, relajándolos más y más profundamente.
- Preste atención a su pecho, tome aire profundamente, manténgalo, note como su pecho se pone tenso, sienta la tensión….bote el aire lentamente por la boca permitiendo que su pecho se relaje muy cómodo, muy suelto, muy relajado, siga respirando normalmente.
- Ahora tense el abdomen, coloque sobre él una mano y respire profundamente apretando la mano contra el abdomen sienta la tensión, bien duro, bien tenso….suelte el abdomen y note la diferencia que se produce, bien suelto, bien relajado.
- Ahora arquee lentamente la espalda, manteniendo el resto del cuerpo tan relajado como pueda, relaje su espalda lentamente y apóyela en la silla, su espalda esta suelta y relajada, muy suelta, muy cómoda. Su cara, su cuello, sus manos y brazos están relajados. También su pecho, su abdomen y su espalda están muy relajados.
- Preste atención a las nalgas y muslos, apriete los talones fuertemente contra el suelo, tan fuerte como pueda, sienta la tensión en las nalgas y en los muslos y piernas….ahora relájese, están sueltos y relajados, note la diferencia entre tensión y relajación.
- Doble los dedos de los pies como si se tratase de tomar algo con ellos, sienta la tensión en las canillas, fuerte y tensa, muy tenso….suelte los dedos y relaje las canillas.
- Ahora doble y levante los dedos de los pies hacia arriba, para tensar las pantorrillas….sienta esa tensión….hora suelte y relaje los dedos.
- Relaje todo el cuerpo, bien relajado…….la cara, los brazos, las piernas, todo el cuerpo.
- Ahora ponga toda su mente, todo su cuerpo a recordar algo bueno del pasado y goce de nuevo la situación que vivió.[14].
- Cuando el buen recuerdo se agote, imagine naturalmente una situación futura grata para usted, la que espontáneamente aparezca….[15]
- Ahora sienta todo su cuerpo, el peso de la silla, la ropa en la piel, los zapatos en los pies, la saliva en la boca, el aire al entrar y salir y el sonido del corazón.
- Escuche los sonidos del ambiente, hasta los más finos y lejanos, después abra los ojos y mire todo lo que le rodee con una mirada nueva.[16]
Dr. Miguel Angel Solar Temuco, 22.4.16
[1] Salmo 103
[2] Los ritos funerarios son para los vivos.
[3] Los Caballeros
[4] Pedro Infante
[5] “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. Heb.11-1
[6] Los Chalchaleros
[7] José Alfredo Jiménez
[8] Clara Solovera
[9] Lily y Mercedes Pérez Freire
[10] Jorge González
[11] Lo interesante y dramático es que dicha epidemia, cuyo primer caso fue descrito en 1901 por el Dr. Alois Alzheimer, empieza a crecer a partir de 1952, junto con el uso generalizado de la clorpromazina en cuadros psicóticos, incluidos los adultos mayores. La demencia afecta a nivel mundial a unos 35,6 millones de personas, de las cuales un poco más de la mitad (58%) viven en países de ingresos bajos y medios. Cada año se registran 7,7 millones de nuevos casos. Se calcula que entre un 2% y un 8% de la población general de 60 años o más sufre demencia en un determinado momento. Se sabe sobre disposición genética o de estructura anímica, patogenia, fisiología y anatomía patológica. En cuanto a etiología, se hipotetiza con los priones unas proteínas infectantes.
[12] Al obeso u obesa, ‘la buena mesa’ lo(a) tranquiliza o/y lo(a) estimula, incluso le da euforia y le permite gozar de la familiaridad y amistad.
[13] También puede hacer el ejercicio acostado. El espacio del ejercicio debe ser sin riesgo de interferencias.
[14] Puede recordar algo del pasado reciente, hoy en la mañana o ayer, o de la infancia o juventud. También de personas muertas o de los buenos momentos con personas con las cuales se hayan tenido o se tenga conflicto.
[15] La situación imaginada puede ser en el trabajo, en la familia o en la recreación o en la calle.
[16] Lo leído es solo una pauta que se puede modificar de modo que se adapte a los gustos de cada persona. Se sugiere respetar las etapas de ejercicios respiratorios, contracción y relajación muscular, recordación e imaginería. Al final se trata de hacerlo de memoria, solo con lo que se acuerde, y agregar al gusto otros ejercicios que no salen en la pauta.